El templo actual de San Juan Bautista, puede fecharse en los primeros años del siglo XVI, siendo posiblemente el primer Marqués de las Navas, D. Pedro Dávila y Zúñiga, el promotor de las obras que se llevaron a cabo entonces.
Hasta el momento no hay datos del templo anterior, salvo algunos restos que tal vez pudieran fecharse en los siglos XIV y XV. Por otro lado, el edificio ha sufrido numerosas reformas a lo largo de su historia.
El templo se distribuye en tres naves mediante arcos agudos sostenidos por columnas dóricas, con escudos de armas de los Dávila en sus enjutas. Ante un amplio arco apuntado --con cenefa de bolas-- se abre la capilla mayor que forma bóvedas góticas.
El retablo, es una obra de estilo barroco del siglo XVII, que contiene pinturas y esculturas. Sigue la norma de los retablos castellanos de la época, con columnas salomónicas de formas serpenteantes, que aparecen en distintas alturas, separando las imágenes. Las escenas bíblicas de la pintura, hacen referencia al patrono –que figura en bulto redondo en el centro— San Juan Bautista.
Como partes ajenas al momento de la creación del retablo, que se pudieron añadir posteriormente, aparecen por un lado el crucificado (traído del vecino convento de San Pablo) en el ático, y en el banco detrás del sagrario, una pintura en tabla más antigua.
En el retablo, se muestran en pintura las escenas de la Anunciación, Visitación, Bautismo de Cristo y Degollación de San Juan el Bautista. Se ha querido mostrar un paralelismo entre las vidas de Cristo y San Juan.
En cuanto a las esculturas, en el centro aparece Juan el Bautista, el patrón de la iglesia, que da motivo a las escenas de las pinturas, vestido con piel de animal hasta la rodilla y con su mano levantada expresa su misión de Anunciador.
La figura de San Pedro y San Pablo como pilares de la iglesia aparece en el primer piso afirmando todo este misterio de fe que se muestra en el retablo.
En el segundo piso, aparecen San Estanislao de Kotska (santo jesuita polaco muerto en 1568) que recibió la comunión dos veces por parte de un ángel. San Luís Gonzaga también jesuita, de quién se exalta su recelosa castidad. Estas dos imágenes de santos jesuitas hacen pensar en un patronazgo afín a esta orden.
Sobre un altar lateral encontramos el Cristo de la Salud, en talla del escultor Aniceto Marinas y que data de los años 40 del pasado siglo. En la capilla cercana, la Virgen de la Paz y, finalmente, en el coro, un órgano musical del siglo XVII.
Apertura antes y después del culto. Horario de misas: domingos a las 11:00 y a las 12:00.
También es visitable dentro de las visitas guiadas al conjunto histórico.
Plaza Vieja, 1.
